martes, 21 de mayo de 2013

Propiedades estructurales


Vamos a clasificar las propiedades en tres grupos, en los cuales vamos a encontrar semejanzas entre comunicación animal y humana (más concretamente en las propiedades biológicas):

► Propiedades estructurales: el lenguaje humano está compuesto por varios niveles de unidades discretas (dualidad de niveles y discretidad por Altmann). En la comunicación humana las combinaciones de las unidades sin unificado son ilimitados y en algunos monos son bipartitas.

Propiedades biológicas



► Propiedades biológicas: existen distintos elementos para los que también podemos encontrar correlatos en el mundo animal:

- Adquisición gradual del lenguaje: lo que se pueda aislar distintas etapas en el lenguaje humano. En algunas especies también es posible señalar distintas etapas en el desarrollo similar a la de los niños.

- Lateralización: en lenguaje humano hay una dominación cerebral en el hemisferio izquierdo, pero tampoco es exclusivo de los humanos ya que las aves, por ejemplo, también poseen la lateralidad con dominancia del hemisferio izquierdo.

Propiedades biológicas II


- Período crítico de adquisición: Lennenberg fue el primer autor que formuló la existencia de este período, donde los humanos adquieren el lenguaje con la máxima eficacia; va desde el nacimiento hasta los 12 años. En esta etapa el niño puede aprender a hablar otras lenguas además de la materna con fluidez. Una vez pasada esta etapa el niño va a tener dificultad para adquirir la lengua natural u otras lenguas, por lo que no se alcanza una competencia lingüística como en este periodo.
En el reino animal sí se pueden encontrar periodos críticos o que son ideales para la adquisición de un sistema de comunicación, como es el caso del pinzón, que nace con un patrón innato del canto, pero que posteriormente tiene que estar expuesto al canto de los machos para adquirir mayor fluidez y variedad en su canto.

Propiedades biologicas III


- Discriminadores innatos de rasgos: existen pruebas de que los seres humanos nacemos con la capacidad de discriminar diferentes sonidos del habla (sorda / sonora). Sin embargo también se encuentra en animales, fundamentalmente en mamíferos (chinchillas) aunque en menor grado.

Propiedades pragmáticas


► Propiedades pragmáticas: los seres humanos somos capaces de producir un número infinito de enunciados, pero además también utilizamos un complejo número de estrategias pragmáticas para descifrar los mensajes del hablante. Existen razones que nos dicen que hay mecanismos de interpretación pragmática en el reino animal pero se desconocen su naturaleza; algunas de estas razones son debidas al importante papel que desempeña el contexto en el momento de establecer cual es el mensaje que subyace a un acto de comunicación (las abejas diferencian por la danza la localización de la fuente de alimento de la de la ubicación potencial de una nueva colmena).

Lenguaje


Una vez concluidas dichas propiedades y, a modo de conclusión, se ha de saber que hasta ahora hemos presupuesto que el lenguaje es una capacidad exclusiva del hombre, a través de la cual se manifiesta su inteligencia, pero no está nada claro que no haya algo así como un lenguaje animal y, parece por lo tanto, que no es posible excluir que los animales tengan una cierta inteligencia semejante a la humana. Si esto fuera así, la distinción entre el hombre y el animal no sería esencial, sino gradual; y el hombre podría haber surgido, por evolución, a partir de otras especies animales.

domingo, 19 de mayo de 2013

Ballena solitaria


En las profundidades del Pacífico Norte una ballena deambula en solitario desde hace décadas, algunos criptozoólogos creen que podría ser un híbrido entre una ballena azul y otra desconocida. Esta ballenas ha sido bautizada como "ballenas 52" ya que emite su canto a la extrañisima frecuencia de 52 Hertzios, justo por encima de la nota mas baja de una tuba, pero mucho mas alta que el resto de sus compañeras, cuyas comunicaciones se dan entre los 12 y 25 Hz.
La ballena 52  canta en tan “alta baja frecuencia” que otras ballenas, aparentemente, no la oyen y no pueden responderle.No sólo las ballenas hembras que buscan el apareamiento, sino todas las ballenas. Al envejecer, la 'voz' de la ballena se volverá aun más baja, lo que significa que es menos probable que pueda ser oída por otros ejemplares a medida que pasa el tiempo, condenándola a la soledad.




Ballena Solitaria II

 Para empeorar aun mas la situación de este animal, la ballena 52 tampoco sigue las rutas de migracion de las demás ballenas barbadas, por lo que se elimina la posibilidad de que pueda encontrarse con otra ballena.

Algunos criptologos han llegado a sugerir que esta ballena podria estar enferma, pero el hecho de que halla podido sobrevivir durante mas de 19 años nos muestra que no hay nada malo en su forma de "hablar" solo que lo hace demasiado alto.

Pero el hecho de que su canto sea tan alto hace que sea muy fácil localizarla lo cual es muy beneficioso para los biólogos que durante años han estudiado a esta ballena.

En los ultimos años se ha especulado con que esta ballena podría ser un hibirido entre dos especies o incluso el ultimo superviviente de una especie desconocida y cantan su desafinada canción en una búsqueda fracasada de otra ballena de su especie.

Con el paso de los años su voz se hara tan profunda que ni siquiera los radares de los hombres podran escucharla.

Muestra del canto de la ballena 52


sábado, 18 de mayo de 2013

Una tarde a mitad de la década de los 80 mi esposa y yo volvíamos de un crucero por el puerto de Bostón, cuando decidimos dar una vuelta por los muelles. Cuando pasábamos por el acuario de Boston una voz grave los gritó ''¡Eh! ¡Eh! ¡Largo de ahí!''. Pensando que por error habíamos entrado en algún lugar prohibido, nos paramos y miramos a nuestro alrededor buscando a un guardia de seguridad o alguna señal de advertencia. La voz retumbó de nuevo ''¡Eh! ¡Eh tú!''. Siguiendo la voz nos fuimos aproximando a un gran estanque rodeado de cristal, situado frente al acuario, en el que cuatro focas parecían estar confinadas a modo de exhibición. Con gran incredulidad identifiqué  como origen de las advertencias a una gran foca que descansaba en posición vertical en el agua, con su boca ligeramente abierta y girando a un lado y a otro lentamente. La foca no me estaba hablando a mi, sino al aire y casualmente a cualquiera al alcance del oído que tuviera el cuidado de escuchar.

                                                                                                           Deacon (1997)

Arbitrariedad

Algunas palabras en las lenguas parecen ''imitar'' los sonidos producidos por algunos objetos o actividades, de ahí que parezca que la conexión sea menos arbitraria. Algunos ejemplos en español serían cucú, arrullar, tartamudear o ronronear. Sin embargo, en español estas onomatopeyas son relativamente escasas. En cambio, en el caso de la mayoría de las señales que emplean los animales para comunicarse parece existir una clara conexión entre el mensaje que transmiten y la señal que utilizan para transmitirla. La impresión de que las señales empleadas por los animales no son arbitrarias puede estar estrechamente relacionada con el hecho de que todos los animales cuentan con un conjunto finito de señales para comunicarse. Es decir, todos los tipos de comunicación animal  tienden a producirse  a merced de un conjunto limitado y fijo de elementos gestuales o vocales. Muchos de estos elementos se utilizan únicamente en situaciones específicas (por ejemplo, para delimitar el territorio) y en momentos concretos (por ejemplo durante la época de celo).

jueves, 16 de mayo de 2013

Ballenas

Existen dos subórdenes de ballenas: las ballenas barbadas y las ballenas dentadas. Se diferencian no sólo en sus hábitos de alimentación, sino también en la forma de comunicarse las unas con las otras. Las ballenas dentadas se comunican unas con otras a través de la ecolocalización y son capaces de enviar y escuchar sonidos que viajan varios kilómetros antes de rebotar y volver hacia su emisor. La razón por la que las ballenas se comunican de esta manera, utilizando ec localización, se debe a que no poseen oído interno.

Las ballenas son animales extremadamente inteligentes. Al igual que los homínidos, su neocortex cerebral contiene las llamadas “neuronas en huso”, unas células implicadas en las conductas sociales: el lenguaje y las emociones.

Una ballena produce un sonido que envía a través del agua y rebota en objetos o animales. Las ballenas tienen una capacidad especial para obtener información sobre la forma y la distancia del objeto con que el sonido chocó.
El sonido también se utiliza para la reproducción en algunas especies de ballenas donde se desarrolla un canto especial.


Ballenas II

Algo muy característico en la forma de comunicarse de la ballenas es su canto. Solo las ballenas barbadas (ballena azul, ballena jorobada, ballena gris...) se comunican de esta forma.



Se cree que el canto de la ballenas sirve como método para atraer a la hembra en época de apareamiento,  ya que solo las ballenas macho producen este "canto". Es importante entender que las ballenas no cantan como lo hacemos nosotros, pues no tienen cuerdas vocales y  no les es necesario exhalar aire como lo hacemos nosotros cuando cantamos.


  • Un canto de ballena típico dura hasta 30 minutos.
  • Las ballenas no necesitan exhalar para cantar, lo que hace que los científicos crean que se pueden reciclar el aire dentro de sus cuerpos, de alguna manera.
  • Los machos de un mismo grupo cantan la misma canción, pero esta cambia de estación en estación.
Las ballenas azules, emiten su canto en una frecuencia de entre 15 y 25 Hz. El rango de audición típico humano va de los 20 Hz a los 20 kHz.




Hace mas de tres décadas se descubrió una ballena en el Pacifico Norte que "cantaba" a 52Hz, la ballena solitaria

lunes, 13 de mayo de 2013

Las Abejas


LAS ABEJAS.

 INTRODUCCIÓN: EL "LENGUAJE DE LAS ABEJAS"

Esto te podrá parecer un cuento de hadas, pero el hecho de que las abejas tienen su lenguaje es muy cierto. Si hay numerosos animales que tienen una voz para expresarse, esta voz les sirve muy a menudo para expresar sus propias sensaciones. Las abejas por el contrario, hablan una lengua que les permite dar una serie de informes y a veces, hasta consejos útiles.



Apenas acaba de salir el sol; el rocío matutino cubre con millones de radiantes gotas iridiscentes la hierba, las hojas de las plantas y de los árboles y los pétalos de las flores multicolores. La colmena, a la vera de un seto, parece abandonada, muerta. A poco una abeja solitaria sale, se orienta y emprende el vuelo. Instantes después , otras imitan a la primera.. Son las abejas exploradoras, tenaces buscadoras de alimento.
Su misión es descubrir flores en sazón, con la corola abierta, llenas de néctar y enteras cubiertas plenamente de polen, materia que necesitan las abejas obreras para producir la cera. Ésta servirá para hacer los panales en que, después, almacenarán la miel elaborada en su estómago, con el dulce jugo libado.
Minutos más tarde, y brillando bajo los rayos del sol como insectos de oro, ahítas de néctar y cubiertas de polen, retornan algunas exploradoras. Entran en la colmena y salen enseguida conducidas por las obreras y dan inicio a una danza enigmáticamente alocada. Las obreras se arraciman detrás de las exploradoras, siguiendo meticulosamente la danza y, poco a poco, ávidas, parten en línea recta hacia la fuente del alimento indicada por sus compañeras, que sin vacilaciones es localizada de inmediato.

Las Abejas II


¿Cómo se produce este hecho portentoso? ¿Por qué las obreras encuentran tan fácilmente la fuente alimenticia descubierta? Las exploradoras no las conducen físicamente a las flores escogidas; las obreras van solas directamente y sin errores de orientación. La conclusión es sencilla: las exploradoras comunican de algún modo a las obreras el lugar exacto donde se encuentran los alimentos localizados por ellas. Esto es, las abejas han desarrollado a través de miles y miles de años un medio de comunicación propio, un lenguaje especifico, el llamado “lenguaje de las abejas”.

Este medio de comunicación ha sido objeto de una larga serie de estudios, observaciones y experimentos que los especialistas vienen realizando desde hace mucho tiempo. En 1948, August Krogh publicó un trabajo muy documentado, describiendo detalladamente el método que emplean las abejas para comunicarse entre sí. Más recientemente, es Karl von Firsch quien ha llevado a cabo un trabajo impresionante para registrar con toda certidumbre el comportamiento de esos animalitos, venciendo un sinnúmero de obstáculos y dificultades con su extraordinario espíritu científico y su enorme capacidad analítica, desplegados a través de dos décadas de investigación acuciosa y exhaustiva.

Los experimentos realizados por von Frisch han demostrado la precisión absoluta con que las abejas obreras llegan a una fuente de alimento descubierta por las abejas exploradoras. Para establecer firmemente el hecho, el investigador colocó al alcance de las exploradoras un alimento atractivo: azúcar diluido en un grupo de flores previamente escogido en un jardín botánico.

Las plantas seleccionadas eran de un tipo generalmente no visitado por las exploradoras. Pocos minutos después que estas descubrieron las flores enriquecidas y abandonaron el jardín, llegaron a él gran número de obreras procedentes de la colmena, las cuales se dirigieron sólo a las flores en que las exploradoras se habían alimentado, ignorando totalmente los oros setecientos tipos de flores existentes en el lugar.

Las Abejas III


Los olores

¿Cómo las exploradoras transmitieron a sus compañeras la información sobre el tipo de flor, la abundancia del alimento, la dirección y la distancia en que se encontraba en relación con la colmena? – Algunas respuestas parecen obvias: la exploradora regresa con el aroma específico de las flores impregnado en su cuerpo cubierto de polen y el estómago repleto de fragante néctar que comparte con las obreras, dándoles a probar un poco a cada una.

Después de cuidadosos experimentos, von Frisch determinó que las abejas utilizan esos dos perfumes para identificar la fuente alimenticia, la cual, además, es marcada con un aroma propio que la exploradora expele sobre las flores escogidas con una glándula especial que posee.

Sin embargo, el olor únicamente puede ayudar a las obreras a localizar el alimento cercano a la colmena, pero no para conocer la cantidad disponible, la calidad del néctar y, mucho menos, para establecer la situación y la distancia que con frecuencia es mayor a una milla.

Las Abejas IV


La danza
En observaciones minuciosas hechas por Frisch y sus ayudantes, descubrieron otro dato interesante: cuando la exploradora regresa de una fuente alimenticia cercana (menos de 50 yardas) realiza un movimiento redondo llamado “danza circular”. Las abejas obreras siguen a la abeja danzante y la tocan con las antenas. Pero, cuando aumentaron la cantidad y la calidad del alimento artificial, comprobaron que las abejas danzaban con más velocidad y mayor vigor, lo que les llevó a suponer que las obreras conocen la riqueza y la abundancia del hallazgo por la rapidez y la fuerza de la danza de su compañera exploradora.



Ahora bien, estos movimientos no revelan por si solos la dirección precisa de la fuente localizada. Para verificar esto, von Frisch hizo el siguiente experimento: colocó cerca de la colmena un plato con alimento, perfumándolo con lavanda, y lo rodeó de otros platos igualmente perfumados, pero vacios. Cuando las exploradoras regresaron con su mensaje a la colmena, quito el plato lleno y puso uno vacío en su lugar. Recibido el mensaje por las obreras, emergieron en tropel de la colmena y se lanzaron ávidamente a buscar el alimento, desperdigándose entre todos los platos. Al parecer, las exploradoras habían informado que el néctar estaba cerca, aunque, obviamente no habían comunicado exactamente en qué plato se encontraba.
Una vez más, von Frisch repitió el experimento, colocando los platos más lejos de la colmena. ¿Qué ocurrió entonces? Algo totalmente diferente: a una distancia de 200 yardas, casi todas las obreras fueron directamente hasta los platos más cercanos a aquél en que las exploradoras habían comido. ¿Por qué? Porque las exploradoras danzaron de distinta forma, haciendo los movimientos necesarios para indicar la distancia y la dirección.

Las Abejas V


En lugar de la simple danza circular, que no ofrece los datos mencionados, ellas efectuaron una “danza oscilante”, moviendo el vientre de un lado a otro. En esta danza oscilante, la exploradora corre directamente sobre un estrecho camino imaginario, repentinamente da un viraje de 360 grados a la izquierda y no menos repentinamente a la derecha, repitiendo varias veces la secuencia.

La distancia entre la colmena hasta la fuente alimenticia descubierta, según Frisch, es indicada con gran precisión por la velocidad de las vueltas de 360 grados dadas por la abeja exploradora. En cambio, la dirección de la línea recta entre las vueltas a la izquierda y a la derecha, señalan la dirección de la senda del vuelo. Las abejas “calculan” el ángulo de la senda de vuelo por medio de una línea imaginaria recta entre la colmena y el sol, sea cual sea la posición que éste ocupe en el cielo.

La figura que traza es una especie de ‘8’ alargado por el centro. El trazado de este ‘8’ significa la dirección en que se encuentran las flores con referencia al sol. La velocidad con que se desplaza y el número de palpitaciones de su abdomen expresan la distancia a recorrer. Cuanto   más lejos estén las flores más se agita y tiembla la abeja. Por ejemplo, de seis a ocho latidos efectuados en 15 segundos significa que es preciso ir a 400 metros de la colmena, pero si en el mismo tiempo el abdomen late 10 u 11 veces es que las flores están a 700 metros. Una agitación violenta se apodera entonces de la colmena, todas las cosechadoras se ponen en movimiento, imitando los de la danzarina antes de lanzarse a la búsqueda del botín.



Este “cálculo” no requiere luz solar directa pues las abejas conocen la posición del astro por la llamada “luz polarizada” y son capaces de verlo a través de una gruesa capa de nubes, exactamente igual que los seres humanos.


Las Abejas VI


El lenguaje completo

Como puede verse, el lenguaje de las abejas resulta sumamente complejo: por lo menos requiere el uso de tres sentidos: el olfato, el tacto y la vista y sirve a estos insectos para trasmitir, al mismo tiempo información precisa sobre la cantidad de alimento encontrado, la calidad que tiene y la dirección y distancia en que la fuente alimenticia se halla. –sin este medio de comunicación, la colmena, mejor dicho, la especie toda, no podría sobrevivir y, menos aun, mantener la estupenda organización social que la caracteriza, la cual tiene como base el principio de “la división del trabajo”.

Pero no solo tienen las abejas un lenguaje, un medio de comunicación entre sí, sino que dentro de la estructura de ese lenguaje común a todas las variedades de abejas, se encuentran diferencias sutiles que prueban la existencia de formas de expresión propias de cada una de ellas, esto es, de “dialectos”.

Karl von Frisch y sus ayudantes llegaron a descubrir variantes en la forma de expresión entre las abejas gigantes, las enanas, las índicas, las italianas y las austriacas, las cuales, aunque siguen, en general un patrón común, usan ciertos movimientos peculiares que diferencian su medio de comunicación, su lenguaje del de las demás, exactamente igual a como ocurre con cualquier dialecto respecto al idioma madre y los dialectos entre sí.

Las Abejas VII


Las abejas y el hombre

A primera vista puede parecer que las abejas son útiles al ser humano únicamente como productoras de miel y cera, pero no es así. Nuestro mundo –el mundo humano- y el mundo de las abejas son interdependientes, forman un mundo simbiótico. Si las abejas desaparecieran, el hambre haría estragos, porque la tarea de polinización que realizan estos pequeños y familiares insectos es fundamental en la agricultura mundial; todo en la naturaleza está sincronizado a favor del ser humano y si llegare a faltar alguno de sus componentes la situación para el hombre se dificultaría un poco.

La explotación de las abejas para aprovechar la miel proviene de los tiempos prehistóricos. Restos hallados en la Cueva de las Arañas, cerca de Valencia, España, prueban que ya en la Edad de Piedra los hombres cogían la miel producida por las abejas. Algún tiempo después, el hombre aprendió que las abejas podían ser semi-domesticadas. En los jeroglíficos egipcios, que datan de 2600 años a.C, se describen métodos avanzados de apicultura. Y todavía más tarde, el hombre comprendió que para intervenir en el proceso natural de polinización, para asegurar buenas cosechas, tenía que utilizar a las abejas, asegurándose de tener colmenas disponibles, cuando llegaba la estación de la fecundación de las plantas.

Las Abejas VIII


En los EE.UU las abejas representan entre el 85 y 90 por ciento de todos los insectos polinizadores, y más del 50 por ciento de las semillas de todos los vegetales que se siembran en los diferentes lugares del mundo provienen de California. Los vegetales que producen las semillas son polinizados por las abejas. Si ellas faltaren en su tarea, ¿qué pasaría? Un experto agrícola norteamericano afirma: “Si uno carece de las abejas, tampoco tendrá semillas. Es más, si no hubiese abejas, tampoco habría leche, ni industria láctea sobre la faz de la tierra”.

Las moscas, las mariposas, las polillas, los mosquitos y las avispas visitan las plantas floridas y distribuyen una pequeña cantidad de polen, pero ninguno de esos insectos realiza esa función tan ampliamente como la abeja. Una colonia de las más conocidas y laboriosa, Apis mellifera, contiene de 20 a 60 mil abejas, y la vasta mayoría de ellas se pasa casi todo el tiempo de su vida –de dos a seis meses- buscando el néctar.

El cuerpo de la abeja está cubierto enteramente de pelo en el que atrapa hasta cinco millones de granos de polen a la vez; en su visita a la próxima flor, casi siempre de la misma clase de planta, inevitablemente deposita parte del polen de la primera en los órganos de la segunda, fecundándola. Si las abejas no realizaran este trabajo, ¿cómo el hombre podría llevarla a cabo? Las abejas son insustituibles en esa extraordinaria función

Delfines


DELFINES



Producción de sonido
Los delfines dependen ampliamente en la producción y recepción de sonido para navegar, comunicarse y para cazar en aguas oscuras o lóbregas. La laringe del odontocetes no posee cuerdas vocales, pero los investigadores han teorizado que por lo menos una cierta producción de sonido se origina en la laringe. Los primeros estudios sugirieron que los silbidos eran generados en la laringe mientras que los chasquidos eran producidos en la región nasal. La frecuencia de los sonidos producidos por un delfín nariz de botella está en los rangos de 0.25 a 150 kHz. 

Delfines II


Inteligencia y comunicacíon

Los delfines nariz de botella poseen uno de los más grandes tamaños de cerebro en proporción a la masa corporal del mundo animal. La inteligencia del delfín requiere aún una investigación adicional, pero los estudios han demostrado hasta ahora que los delfines son animales listos, altamente sociales que pueden hacer algunas cosas difíciles y bonitas. Mucho de la investigación sobre la inteligencia se ha llevado a cabo en animales en cautiverio, y en los delfines se ha demostrado que están concientes de ello. Esto significa que pueden reconocerse en un espejo, mientras que otras especies pensarían que están viendo a otro animal. Los delfines nariz de botella también han mostrado capacidad de comprensión de lengua. Se identifican a sí mismos con silbido particular

Delfines III





Ecolocalización

La comunicación entre los delfines se basa en la ecolocalización. El término de ecolocalización se refiere a una capacidad que los odontocetes (y algunos otros mamíferos marinos y la mayoría de los murciélagos) poseen que les permite localizar y discriminar objetos por las ondas acústicas de alta frecuencia de proyección y escuchar ecos. Las ondas acústicas viajan a través del agua a una velocidad de cerca de 1.5 km/sec, lo cual es 4.5 veces más rápido que el sonido que viaja a través del aire. Estas ondas acústicas rebotan en los objetos en el agua y regresan al delfín en forma de eco. El cerebro recibe las ondas acústicas en forma de impulsos nerviosos que retransmiten los mensajes del sonido y permiten al delfín interpretar los significados del sonido. Debido a este complejo sistema de ecolocalización, los odontocetes pueden determinar el tamaño, forma, velocidad, distancia, dirección, e incluso un poco de la estructura interna de los objetos en el agua. Los delfines nariz de botella pueden aprender y posteriormente reconocer las firmas del eco regresadas por las presas de sus especies preferidas. 

Delfines IV


Lenguaje corporal

 los delfines se comunican sobretodo, mediante el uso del lenguaje corporal, cuyas normas son muy similares a las de la comunicación entre humanos; en especial las señales cortas que los humanos utilizamos con más frecuencia en el lenguaje hablado, son también aquellas que los delfines utilizan para comunicarse entre ellos.
El Doctor Ferrer expone que este patrón obedece a la Ley de la brevedad, que también está presente en el lenguaje humano, los códigos que resulten más eficientes y sencillos para la comunicación. Los científicos del proyecto estudiaron en particular a los delfines nariz de botella, en su hábitat en Nueva Zelanda.

David Lusseau de la Universidad de Aberdeen, explica que de forma natural el lenguaje entre los delfines se basa en sonido y movimientos corporales, estos en particular, se pueden clasificar hasta en cuatro unidades distintas, cargadas de significado. Aquellos movimientos corporales basados en una sola unidad suelen ser los más comunes en su comunicación.

Un ejemplo de este tipo, según los científicos, es el clásico chapoteo con la cola, que de acuerdo con las observaciones puede subdividirse hasta en tres unidades distintas de significado. La investigación hizo un conteo de hasta treinta movimientos subdivisibles que permiten hacer el lenguaje entre los delfines mucho más eficaz y directo.

Los científicos esperan publicar las conclusiones de su estudio en la revista Complexity y hacen especial hincapié en el uso de la Ley de la brevedad como norma fundamental de comunicación utilizada entre animales tanto como entre los humanos.


Loros


LOROS

¿Por qué “hablan” los loros? ¿Para qué les sirve esta habilidad en la Naturaleza?



Los loros, del mismo modo que el hombre, articulan la lengua para vocalizar y así modificar los sonidos que emiten, según ha descubierto un equipo de científicos, cuyo hallazgo da nuevas pistas para la comprensión del sistema de comunicación oral de algunos pájaros.

Virginia Morell trata de darnos la respuesta en Science. Durante 24 años se ha estudiado la comunicación mutua entre un grupo de loros en estado salvaje en Venezuela. Se creía que los loros imitan los sonidos del ambiente y que los machos con un repertorio más amplio de imitaciones impresionan más a las hembras. 

Pero los investigadores han descubierto que la respuesta correcta es que los loros son aves sociales y se imitan los unos a los otros. Los loros emiten llamadas de contacto y las utilizan para su cohesión social, como si los loros pronunciaran sus propios “nombres” y los nombres de sus compañeros. 

Loros II


En cautividad los loros repiten esta conducta con los sonidos emitidos por sus dueños. Más aún, los espectrogramas de los sonidos emitidos por los loros de un mismo grupo tienen marcas que permiten identificarlos como miembros de dicho grupo, como si se tratara de los “apellidos” comunes a todos. Más aún, los padres emiten una llamada distintiva (le ponen un “nombre”) para sus polluelos que estos aprenden cuando tienen entre 3 y 4 semanas de edad. Estas llamadas (“nombres”) que les ponen sus padres son utilizadas por el loro para, tras ciertas modificaciones, construir su propio “nombre propio.” En un grupo grande de polluelos, los padres pueden localizar a sus propios polluelos gracias a estos “nombres” sonoros, y al revés, los polluelos pueden identificar a sus padres gracias a las de ellos.