La comunicación animal
está diseñada exclusivamente para el momento presente: para el aquí
y el ahora. No puede utilizarse para relacionar sucesos situados
lejos en el tiempo y en el espacio. En cambio, los seres humanos si
pueden hacer referencia a tiempos y espacios pasados o futuros,
además de presentes. Esta propiedad del lenguaje humano se llama
desplazamiento y es fundamental para el progreso cultural y técnico. Gracias a ella podemos transmitir nuestros descubrimientos a los demás, a diferencias de la mayoría de los animales, que reflejan estímulos ambientales inmediatos. De hecho, el desplazamiento permite hablar, incluso, acerca de cosas
y lugares de cuya existencia no podemos estar seguros. Por regla
general, se considera que la comunicación animal carece de esta
propiedad. Sin embargo, el sistema que emplean las abejas para
comunicarse tiene la propiedad del desplazamiento, pero de forma
extremadamente limitada. Una abeja puede lograr que otras se dirijan
hacia una fuente de alimento pero ha de ser hacia una fuente de
alimento reciente, no puede ser hasta néctares futuros.
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